El Viejo Profesor

Nepión nos recordó la semana pasada que se habían cumplido 20 años desde la muerte de Enrique Tierno Galván y nos dejó un enlace para leer sus bandos. Por suerte o por desgracia soy demasiado joven para recordar a Tierno, así que os dejo unas palabras 'prestadas' de Calles Desiertas:

El vienes pasado se cumplieron 20 años del fallecimiento de don Enrique Tierno Galván, y la huella del entonces Alcalde de Madrid es imborrable en la historia de los últimos cincuenta años de nuestro país. Tierno unía al compromiso la intelectualidad, hacía de la vida pública del político un ejercicio de dignidad constante y de completa transparencia siendo consecuente con sus ideales. Recuerdo la tarde en la que enterraron a Don Ernique, recuerdo que vi el entierro por televisión en la que hoy es mi casa y que hace dos décadas era la de mis abuelos, recuerdo los gritos del pueblo madrileño "Tierno amigo, Madrid está contigo", recuerdo la tristeza de quienes conmigo lo veían porque se acababa de ir un verdadero constructor de la democracia española, redactor del preámbulo constitucional, perseguido por sus ideas durante el franquismo, que fue obligado a dejar su cátedra en la Universidad de Salamanca cuando exponía sus ideas impregnadas de libertad, democracia y respeto por el adversario. Madrid dejó de ser un poco lo que era, y Madrid es todavía un poco el Madrid de Tierno. El de la movida y el buen ambiente, el de la ilusión por mirar hacia adelante, el del respeto al que viene de fuera. El Viejo Profesor hizo la difícil tarea de convertir esta ciudad anclada en los dominios franquistas, totalmente aferrada al papel de sede de una dictadura, en una urbe abierta, moderna y europea. Ese hombre fue mi Alcalde, y, en cierta medida, ese hombre sigue siendo mi Alcalde, el que era agnóstico y habló en latín al Papa, el que no quiso dar las llaves de oro de mi ciudad a Reagan, y el que con su humanidad y toque de cinismo subió de Madrid al cielo y seguro que allí sigue, y allí le han hecho también alcalde.