Érase una vez...
... una calle madrileña en la que había más cines que bares (que ya es decir). Si uno vivía cerca y quería ir al cine, en lugar de consultar la cartelera, se daba un paseo a ver si alguna peli le llamaba la atención. Aquella calle se llamaba Fuencarral.
Pasó el tiempo y los propietarios de aquellas espaciosas salas comenzaron a recibir ofertas de compra. El capital multiplicaba las salas de cine como si fueran panes y peces: donde antes había una sola pantalla panorámica, ahora surgían salas multicines como setas. Y si quiere usted ver una película en pantalla grande, se va a Kinépolis.
Las salas de cine viven hoy su peor momento, el de mayor acoso por el depredador inmobiliario. Ya no son sustituidas por minicines, sino por centros comerciales, tiendas de ropa, zapaterías... Las últimas víctimas de esta extinción: el Palacio de la Música y el Avenida.
Eran especies protegidas por el Plan de Ordenación Urbana del 1997. En 2004 el alcalde abrió la veda. Un minuto de silencio.
Pasó el tiempo y los propietarios de aquellas espaciosas salas comenzaron a recibir ofertas de compra. El capital multiplicaba las salas de cine como si fueran panes y peces: donde antes había una sola pantalla panorámica, ahora surgían salas multicines como setas. Y si quiere usted ver una película en pantalla grande, se va a Kinépolis.
Las salas de cine viven hoy su peor momento, el de mayor acoso por el depredador inmobiliario. Ya no son sustituidas por minicines, sino por centros comerciales, tiendas de ropa, zapaterías... Las últimas víctimas de esta extinción: el Palacio de la Música y el Avenida.
Eran especies protegidas por el Plan de Ordenación Urbana del 1997. En 2004 el alcalde abrió la veda. Un minuto de silencio.
9 comentarios:
Qué mierda, cada vez quitan más cines del centro de la ciudad y hacen más en las afueras, dentro de poco no se podrá ir al cine si no se tiene coche (porque ir a Kinnepolis en autobús es un rollo, y a otros sitios como el Opción creo que ni hay transporte público)
Ademas que no me vas a compararver una peli en el Kinepolis con verla en un cine de Gran via, que tiene un algo que lo hace especial..es una autentica pena la verdad...
Qué bien has reflejado nuestros primeros coqueteos con el cine...las tardes de cine, por encima de la película quedan grabadas cuando surgen de un paseo...
Qué penita...
¿A qué ayer leíste a Umbral? ;)
la verdad es que no, ayer mi jefe no me guardó periódico y no lo vi, pero no eres el primero que me hace un comentario al respecto
a ver si lo encuentro en la hemeroteca pdf del periódico
¿Qué tal una protesta?
Y si hacemos proyecciones de pelis antiguas en sábanas en fuencarral, ópera, el 2 de mayo... Y por supuesto, nada de salir a las afueras. A ver si con las pérdidas los cines grandes dejan en paz a los pequeños
qué bonito es soñar
mmmmmmmmm me gusta la idea
También han desaparecido los lienzos que pintaban al óleo para anunciar las películas. La reprografía se ha abaratado mucho...
jo, es verdad, esas pinturillas de material impermeable que les daban un aspecto irreal -pero inconfundible- a los retratos de los actores
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